miércoles, 22 de febrero de 2012

Entre más amplio sea tu horizonte y alto tu enfoque, tus actos serán más suaves y mayor tu flexibilidad.

Los actos de mayor elegancia se llevan a cabo por aquellas personas con la visión más elevada de lo que están haciendo.
En un sentido, entre más lejos quede el "allí" sobre el cual hayas puesto la mira, verás más opciones para llegar y las acciones correctivas del curso serán más relajadas y fáciles. Los conductores principiantes giran de manera muy brusca cuando andan al volante. De hecho, están haciendo virajes suaves con horizontes sumamente cortos.


CITA

"Es la sencillez de la intención la que brinda constancia a la vida".
- William Braithwaite


PARA PENSARLO

"EL RITMO DE LAS COSAS"

Últimamente he estado pensando mucho acerca del ritmo de las cosas, los ciclos que establecemos y lo lindo y conveniente que resulta establecer y mantener los ritmos. Reuniones semanales con el personal, caminatas vespertinas por el jardín, el periódico en la mañana, planes estratégicos anuales, establecer precios por nuestros servicios, vacaciones y retiros anuales, meditaciones diarias, etc. Las cosas que siempre hago en mi trabajo, la gente con la cual me conecto frecuentemente, y los restoranes a los que típicamente voy en ese tipo de noches. Y la frecuencia con la que escribo ensayos.

Qué bueno es cuando podemos arraigar hábitos que nos benefician. No queremos pensar en cómo crear un contexto; queremos tan sólo estar EN nuestro contexto y cosechar las recompensas automáticas...

...hasta que dichas recompensas disminuyen en proporción a la energía invertida. Ahí es cuando nos metemos en terreno engañoso. Con demasiada frecuencia no reconocemos cuando la energía ha sufrido un cambio y nosotros no hemos cambiado nuestras formas ni conductas. Seguimos haciendo lo que hemos estado haciendo, pero el encanto se ha ido.

Algo parece distinto y, muy seguido, no nos percatamos o no sabemos exactamente qué es de primer golpe.  En verdad ya no queremos salir con nuestros amigos de antes. Las reuniones que tenemos con regularidad tienen poco quórum y aborrecemos tener que ir, cuando parecería que hay otras cosas más importantes. (¿De verdad necesitas una junta semanal? Muchas personas las siguen teniendo porque hace cuatro años las necesitaban para lidiar con lo que estaba sucediendo entonces y, por ende, las han establecido así. Resulta que muchos no necesitan las reuniones semanales por los últimos tres años. La gente no asiste a las mismas, son artificiosas y cualquier compromiso para con las mismas genera frustración y la desintegración de la confianza en el entorno).

Los que reflexionamos generalmente en algún momento dado empezamos a presionarnos internamente diciéndonos que a lo mejor padecemos desidia respecto de las cosas que solíamos hacer con entusiasmo, mas tan sólo carecemos del interés que teníamos. Por haber sido buena idea y porque nos acostumbramos a obtener un beneficio positivo de la misma, ahora creemos que porque no tenemos interés, nos está dando pereza, nos estamos poniendo viejos, o es que nos estamos aburriendo nada más. Podría ser cualquier cosa de las anteriores.

O, podría ser que el espíritu de la situación está al mando y tiene que mantener las formas en cambio y metamorfosis para el bien mayor del trabajo que tiene que hacerse en realidad; y tu mecanismo de guía interna te está diciendo que es hora de seguir-cambiar. Puede ser que estés postergando y empezando a perder el tiempo en tu vida, o, quizás estés intuyendo un cambio  que necesita ocurrir, para continuar siguiendo el "rebote" de la pelota.

¿Estás dispuesto a aceptar que puede haber una realidad mayor que está presentándose a través de ti y necesitas armarte de valor y confiar que el dejar de lado rituales habituales que se han hecho de un nicho en tu zona de comodidad deben ahora sacrificarse? ¿Qué estás haciendo ahora con regularidad que no te inspira más, o al menos no tanto como cuando lo hiciste por primera vez y no aguardabas la hora de poder hacerlo?

¿Estás dispuesto a ver con honestidad lo que estás haciendo y abrirte a la próxima manifestación de tu expresión, que puede implicar que dejes de hacer lo que estás haciendo?

Pareciera ser que las cosas que verdaderamente nos motivan, son cosas que están vivas, que son vitales, que se mueven, crecen y cambian con las formas y expresiones a las cuales están relacionadas. Degustamos la energía y luego creamos las expresiones rítmicas de la misma en el momento. Y las cosas andan bien. Mas debemos continuamente encarar a los demonios de nuestra propia duda, porque para mantenernos en curso, debemos sacrificar lo viejo por lo nuevo.

Como dice un buen amigo mío: "No hay descanso para el malvado y el bueno no lo necesita".
Otra forma de encuadrar eso sería decir que cuando te mantienes en sintonía con el lugar donde verdaderamente está sucediendo algo, probablemente tengas que dejar de lado lo que funcionaba, por algo nuevo que todavía no estás tan seguro de que funcione, pero más te vale intentarlo. Los "malvados" esperan demasiado para sacrificar, calibrar y recrear la próxima forma.
La compañía quiebra, la organización pierde sus miembros y las brasas se apagan. Los "buenos" no se incomodan con la incomodidad creativa y sí se incomodan con la falta de chispa, de jugo, de corriente.

Siguen a su intuición, aprendiendo a reconocer lo qué es y cuándo habla.

Los más aptos en esto pueden tolerar el sentimiento pavoroso, raro y vulnerable de perder el paso con su amada/o en la pista de baile.

Tragan saliva, admiten que las cosas no funcionan y vuelven a empezar. ¡Qué sexy!

"El anhelo de la comodidad, es algo clandestino que entra al hogar como huésped y luego se transforma en el anfitrión de casa y luego en el amo".
- Joseph Conrad

"Nos comportamos como si el confort y el lujo fueran los principales requisitos de la vida, cuando todo lo que necesitamos para ser felices es algo por lo cual sentir entusiasmo".
- Charles Kingsley

"La mañana es más sabia que la noche".
- Proverbio ruso.


SUGERENCIA

Utiliza el amontonamiento como un detonador para hacer limpieza de tus cosas y expandir tu espacio. Haz un inventario de tu casa y oficina e identifica cualquier cosa que esté por explotar de llena porque ya no le caben las cosas que le atiborraste. Vuelve dejarlo cómodo, para que hagas uso con mayor conciencia de lo que ahí guardes. Ropa en el armario, archivos en los cajones, libros en los estantes, fotografías en los álbumes o cajas, programas en tu disco rígido, herramientas en el garaje. Reafirma lo útil, no lo abrumante.

 

David Allen

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