Que el conjunto de las economías globales pasan por un periodo delicado es una realidad indiscutible, como lo es que la situación socio económica mundial actual es un drama para muchas personas, y que se ha llevado al traste muchas ilusiones y ha puesto en jaque a un gran núcleo de población y de empresas, pero no a todas.
Desde siempre he realizado artículos en esta línea, en la línea de decir que probablemente mejor nos estaría dejar de llorar, dejar de lamernos nuestras propias heridas y lamentar nuestras desgracias aullando a los cuatro vientos lo mal que nos van las cosas, y empezásemos a salir para adelante, pues otros lo hacen.
Hay países con un alto nivel de crecimiento, hay personas que siguen ganando dinero incluso en tiempos de crisis, hay fortunas que simplemente cambian de manos, y hay empresas (las menos) pero las hay, que multiplican beneficios, en lugar de acumular pérdidas e irse al traste.
No digo que la situación sea fácil, no digo que a todo el mundo le sea fácil (o incluso posible) tirar para adelante, pero desde mi modesta y humilde posición propongo a todos los empresarios y autónomos, ver el vaso medio lleno y no verlo medio vacío, ver la parte optimista de la vida y no la visión negativa, en definitiva ver todo lo que nos queda por vivir, no solo lo que ya hemos vivido.
¿Qué podemos perder? Aventurémonos, reinventémonos, arriesguemos, probemos cosas nuevas, entremos en nuevos segmentos, si la situación es tan negativa como muchos dicen da igual lo que hagamos pues el fracaso esta asegurado, estamos condenados, por tanto mejor quemar nuestro último cartucho. Y si por el contrario, la situación no está perdida, hay posibilidades y esperanza, busquémoslas, creémoslas, solo de nosotros depende quedarnos esperando nuestra muerte por inanición, remontar el vuelo o caer mientras intentamos remontarlo, y yo sin duda si caigo quiero caer volando o intentando volar.
En Pymes y autónomos
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