Para poder llegar donde nos proponemos, necesitamos saber primero dónde nos encontramos, y quiénes somos. Autoanalizarnos honestamente siempre resulta útil para obtener claridad y comprendernos. Al reflexionar sobre el pasado, nos facilitamos ubicarnos en nuestro aquí y ahora, y desde ese punto resulta mucho más efectivo trazarnos metas.
Resoluciones
Es común hacer resoluciones para el nuevo año, fijándonos las metas que deseamos alcanzar. Pero, ¿Son realmente resoluciones lo que estamos haciendo? La palabra resolución viene de resolver, que significa "Tomar determinación fija y decisiva".
¿Realmente estamos determinados, decididos y con concentración fija en lograr las metas que nos hemos propuesto? Esa es la clave para permitirles manifestarse en nuestras vidas, de otra manera nuestras resoluciones para el nuevo año simplemente pasan a formar parte de nuestra "Lista de Deseos", y desde allí no nos resultan útiles para crear la vida que queremos vivir.
Una lista de deseos es el equivalente de una lista de bodas, obtener lo que se desea o no, depende de que alguien esté dispuesto a regalárnoslo, cuando por derecho de nacimiento podemos optar a todo lo que el mundo tiene para ofrecer. Esto es una cuestión de actitud, y a cada uno de nosotros le corresponde decidir cuál le conviene adoptar.
Ideas Claras
Se trata de definir Exactamente que queremos lograr este año, de la manera más clara posible; y emplear nuestra voluntad consciente de una manera dinámica, asumiendo responsabilidad por los resultados.
Resulta mucho más sencillo lograr algo cuando tenemos una idea clara de lo que queremos. Cuando podemos visualizarlo, y visualizarnos a nosotros mismos viviendo esa vida que deseamos.
Por eso, al trazar nuestras metas para este nuevo año, conviene establecer tan claramente como podamos eso que queremos se materialice en nuestras vidas.
Al definir lo que queremos es importante establecerlo desde lo positivo, de manera afirmativa, facilitando así atraerlo hacía nosotros.
Actuar
Cualquier resolución por muy clara que sea, es simplemente un plan. Para hacerla realidad es necesario ejecutar ese plan, mediante acciones conscientes que estén en armonía con los principios elevados que deseamos alcanzar.
Es importante recordar la importancia de obrar coherentemente en cada una de las acciones que ejecutamos para la consecución de nuestras metas. Nuestros pensamientos, emociones, palabras y acciones, deberían estar perfectamente alineados apuntando a un fin común.
Evaluar
Una vez comprendido lo anterior, podemos proceder a evaluar nuestros logros del año anterior, permitiéndonos establecer por dónde hemos transitado, dónde nos encontramos en este momento, y obtener una idea más clara de hacia dónde deberían apuntar nuestras metas para este año.
Para ello podemos ayudarnos con una serie de preguntas como las siguientes:
- ¿Qué aprendí el año pasado? Considerando no sólo el conocimiento adquirido, pero también las nuevas destrezas, niveles de alerta y de consciencia, etc.
- ¿Qué logré? Conviene hacer una lista de nuestras victorias y logros.
- ¿Qué habría hecho diferente?, y ¿Por qué?
- ¿Qué completé, o solté?, ¿Hay algo que aun se siente incompleto?
- ¿Cuáles fueron los eventos más significativos del año pasado? Señale los tres más importantes.
- ¿Qué hice bien?, ¿Qué me hizo sentir particularmente bien?, ¿Cuál fue mi mayor contribución?
- ¿Qué cosas fueron divertidas?, ¿Cuáles otras no lo fueron tanto?
- ¿Cuáles fueron mis mayores retos, obstáculos, dificultades?
- ¿Cómo soy diferente este año del anterior?
- ¿Qué tengo que agradecer particularmente?
Decidir
Una vez terminada la evaluación, tendremos una mejor visión de nuestra situación actual, y nos encontraremos en mejores condiciones de tomar decisiones en cuanto al rumbo a seguir desde este punto de partida.
Las decisiones tomadas en este punto serán diferentes para cada individuo, y podrían ser algunas como:
- Más tiempo para dedicarle a nuestra vida personal
- Menos estrés y más diversión en la vida
- Mayor éxito en los negocios, carrera, y/o relaciones
- Un mayor equilibrio entre el tiempo dedicado al trabajo y el hogar
- Modificar nuestro estilo de gerencia o liderazgo
- Soltar
Este último punto es de particular importancia, pues puede servirnos para crear un efecto de vacuum, al liberar lo que ya no queremos en nuestras vidas, y el mismo tiempo hacer espacio para lo nuevo que nos hemos propuesto.
Soporte
Luego de definir tan claramente como nos sea posible, de una manera positiva y afirmativa, lo que deseamos obtener en nuestras vidas, conviene desarrollar mecanismos de soporte que nos faciliten mantenernos concentrados en alcanzar nuestras metas.
Esto podemos lograrlo mediante recordatorios físicos como pueden ser la foto de una persona que tiene el peso que deseamos alcanzar, o la nuestra cuando aun teníamos ese peso. Colocar una frase en la puerta de nuestra habitación que nos recuerde la meta que nos hemos trazado, comentarlo con personas que puedan apoyarnos y ayudarnos a mantenernos en la vía de lograr nuestras metas, etc.
Comprometerse
Una vez tomadas las decisiones y trazado el plan, recuerde lo mencionado anteriormente, es necesario actuar. Y para llevar un plan a un fin satisfactorio, nada mejor que comprometerse con el proyecto.
Este punto debería resultar el más sencillo de todos, después de todo se trata de comprometernos con el proyecto más importante de nuestras vidas, nuestro Proyecto Personal de Vida.
Recuerde que si bien en esta oportunidad hemos considerado una evaluación de fin de año, también puede aplicarse a cualquier periodo de transición de en nuestras vidas, como paso desde el colegio a la universidad, de la universidad al campo laboral, cambio de empleo, de pareja, de vivienda, estado civil, etc.
Lo importante a mantener presente es que sin importar la etapa que se evalúa, siempre se trata de nuestra vida, y siempre tenemos nuevas oportunidades para hacer lo mejor de ella.
¡Feliz Planificación! Helios 3000
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