De todos es conocido, que entre el ambiente emprendedor se afirma que el fracaso es bueno, que te ayuda a crecer y a coger experiencia para no volver a cometer todos esos errores que te llevaron a fracasar, a caer en el camino.
Sin embargo, es importante afirmar, que aunque es verdad que el fracaso es bueno porque ayuda a mejorar y a (teóricamente) no cometer ese mismo error, es también necesario identificar que no hay que sobrevalorar el fracaso. Más tarde, veremos algunas razones por las que el fracaso no debe ser sobrevalorado, pero ahora nos centraremos en otro aspecto: El éxito.
Si el fracaso no debe ser sobrevalorado, el éxito aún más. En un mundo en constante cambio, el éxito prácticamente, no existe. Cuando día tras día se demuestra que el mundo no está para nada construido, y que todavía quedan muchos años para ello, el éxito no es sino un estado que huye en cuanto tiene oportunidad.
Que un emprendedor caiga en la “fiebre del éxito” es algo que puede ahogar todas tus oportunidades como eso mismo, como emprendedor. ¿Qué es la “fiebre del éxito”? En mi opinión, es aquel estado que muchas personas padecen, por el que creen que ya han triunfado en la vida y que ya no tienen que hacer nada más.
Si algo nos ha demostrado esta crisis, es que estábamos haciendo las cosas mal, lo que quiere decir que, muchas personas que dirigían el rumbo económico del mundo, empezaron a padecer esta y otras muchas (muchas más…) fiebres, lo que les llevó a esto.
El éxito es, entonces, un estado que aparece con una normalidad abrumadora. Y la razón de esto es la situación en la que nos encontramos actualmente que ha llevado a muchos emprendedores a lanzar sus startups, y a entrar, por supuesto, en un estado de falso éxito.
Sin embargo, hoy venía a hablar de porque es importante no sobrevalorar el fracaso. No se trata de que todos los emprendedores lleven a cabo una búsqueda completa del fracaso, no se trata de que la meta sea fracasar. El fracaso debería ser una posibilidad, que agrega una experiencia de la que hay que aprender, por supuesto, para no volver a cometer ese fallo. Identifico tres razones para no sobrevalorar el fracaso:
-Normalizar los errores: aunque es importante conocer los errores que hemos cometido, no podemos normalizarlos, no podemos hacer que estos se conviertan en algo normal. En el momento en el que algún emprendedor considera que un error es normal, entonces estos pierden la importancia (que es la de reconocer los fallos en el producto, en el equipo, en la ejecución…) que realmente poseen.
-Caída fuerte: hay veces que los errores son demasiados pequeños y que sirven como un proceso de aprendizaje. Hay veces, que esto no es así. Y si la caída llega a ser demasiado fuerte, podemos no llegar a levantarnos. Por supuesto que la mayoría de startups fracasan (de hecho solo un 10% “triunfa”) pero esta mayoría, suele triunfar en el segundo proyecto que llevan a cabo esos emprendedores.
-Meta – fracaso: si sobrevaloramos el fracaso, al final, la meta será esta misma, el fracaso. Si pensamos que la única forma de triunfar es fracasar (cosa que no es del todo falsa, pero con diferencia en la medida) entonces creeremos que el fracaso es lo que toda startup busca, y esto, no es así.
Por lo tanto, es importante no sobrevalorar el fracaso para mantenerse en la línea de éxito.
Jaime Bravo
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