Somos seres emocionales, que en la mayoría de los casos no sabemos administrarlas, somos presas de lo que sentimos y en ocasiones nos llevan a tomar decisiones apresuradas, erróneas, mal enfocadas, lo que nos lleva a resultados que no queremos.
Cada vez mas encuentro personas, ejecutivos y empresas que están en una frecuencia emocional baja que es la “desesperanza”, donde no encuentran sentido o propósito a hacer lo que hacen y se sienten sin fuerzas para hacerlo, por ende no lo hacen y luego se apesadumbran mas por sus bajos resultados
Una Coachee a la que vamos a llamar “Martha”, inicio proceso de Coaching Espiritual Trasnpersonal con el siguiente cuadro, había terminado su carrera, había hecho su especialización, estaba casada, tenia hijos, pero sus relaciones no estaban bien, sentía un vacío tan grande que eso le embargaba todo su espíritu. En nuestro espíritu esta la fuerza interior, la conexión con la vida, la gratitud, la conexión con lo divino, es el sentido de porque estamos viviendo esta experiencia física
En las organizaciones de manera mas frecuente veo como se encuentran en la falta de espíritu, que es “no quiero hacer mas”, “igual si hago no me lo reconocen”, “para que hablo, opino o sugiero si se me puede devolver como arma de doble filo”. Podemos hacer muchas cosas como coach par llevarlos a producir resultado, no obstante si no fortalecemos se espíritu como Coaches o como lideres no estamos causando el efecto sostenible del cambio
Las águilas representan dignidad, libertad, ímpetu guerrero, el triunfo del ser sobre su contexto.
Para los egipcios la letra A se representa con la imagen del águila. Su significado es el calor vital, lo diurno, el origen, el aire, el fuego, y se asocia con la fuerza generadora. El águila representa el poder que desciende desde lo alto con la velocidad del relámpago, es la fuerza guerrera. El águila es luz vencedora de las dificultades y los obstáculos, al manifestarse como matadora de serpientes y dragones. El ojo del águila se relaciona con lo visionario.
Cuando la madre águila siente que sus polluelos están listos, sobrevuela el nido y suavemente y de manera constante remese el nido, con la intención que sus crías hagan conciencia de su comodidad y se preparen para los siguientes pasos cuando decide quitar el nido y que sus polluelos inicien el proceso de fortalecer sus alas y llegar a volar. En los primeros intentos caen irremediablemente, su madre los toma en sus garras y los vuelve a levantar para que lo sigan intentando y con pequeñas recompensas representadas en cortos vuelos cada vez hacen más fuertes sus alas. Formándose confianza y seguridad para hacerlo solos.
¿Que nos sucede a los seres humanos y por ende a las organizaciones?
No salimos del nido!!! No asomamos ni siquiera el pico estamos conformes, con miedo con incertidumbre de que es lo que nos puede pasar fuera de él, en el nido tenemos lo que aparentemente necesitamos y no tomamos el riesgo de ver mas allá, nuestro espíritu se torna débil, temeroso y donde hay miedo no hay acción. Entramos en desanimo, tristeza, rutina, desolación, vacío, sin sentido y sin propósito.
Y nos enfocamos ene encontrar miles de razones para que el esfuerzo no valga la pena, “no me merezco”, “es mucho trabajo”, “de eso tan bueno no dan tanto”, “para que me esfuerzo si es para mis jefes”, “eso no me beneficia, beneficia a la empresa”…
Una y otra vez sentimos el remesón del nido a punto de caerse y nos sentamos a esperar que las circunstancias cambien y no las cambiamos, en palabras de nido: Esperamos que el nido vuelva a quedarse quieto. Para fortuna nuestra el nido se seguirá moviendo llevándonos a que nos lancemos al vacío, a tomar el riesgo, a tomar decisiones y acciones diferentes, a intentar algo que nunca habíamos hecho “estrenar nuestras alas”, hacer conciencia como primera medida que tenemos “alas”!!!
El ser humano es de retos y cuando no los siente se deprime, se frustra. En mis conferencias le pido a las personas que repitan e interioricen esta frase: “no es lo que me pasa sino como actúo ante lo que me pasa”, en este caso seria, no es el sentir el “miedo”, es quedarse en el, es la “no” acción, es la inmovilidad. Es no ver que el futuro nos tiene grandes cosas preparadas, que en cada día hay grandiosas oportunidades de conectarnos con nuestro destino
En el Coaching Espiritual Transpersonal partimos del concepto del “Diseño Original”, estamos diseñados para ser abundantes, de resultados, felices, plenos, radiantes, efectivos, eficaces; y de manera consciente o inconsciente (se trate de una persona, ejecutivo o empresa) realizamos acciones o decisiones que nos alejan de ese diseño original
Nuestra confianza es un musculo que debemos fortalecer, es un musculo emocional que nos permite prepararnos para ese “instante sagrado donde el riesgo y el peligro se vuelven una revelación”, como dice Claudio Naranjo. Revelación de nuestra capacidad, de nuestro ímpetu, de nuestra fuerza interior, de las posibilidades del lugar celeste donde estamos destinados a volar. Confiamos en las cosas pequeñas, para cada vez confiar más en las cosas grandes y volver a tener esperanza. Alentamos nuestro espíritu
Alienta el espíritu de las personas que están en tu marco de influencia
Primero debes tener alimentado tu espíritu, reconectado contigo, con tu propósito y tu fuerza alentara a otros a través del ejemplo que contagia!
Realiza estas sencillas preguntas a quienes te rodean:
¿Cual es tu propósito? Si tu vida terminara en este instante: ¿habría tenido sentido?
El águila surca el cielo, para habitar en aquel lugar celeste, habría que ser como águila. Ser como el pájaro de la tormenta. Ser inspiración alentada por la visión; la decisión de un salto audaz; por el coraje guerrero y el deseo de renovarnos.
Así que animo a tu espíritu a comienza de nuevo, las veces que sean necesarias, encuentra nuevas fuerzas en tu espíritu, con la confianza que todas las experiencias te conducen para bien y te conforman en la persona maravillosa que eres
Recibe un cálido abrazo. Bibiana Cortázar Ramírez
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