Obviamente, habremos tenido desenlaces de lo más diverso, y por mucho que lo hayamos querido evitar, también habremos errado en algunas cuestiones concretas, que son justo la que más nos pueden enseñar de cara a la toma de decisiones futuras, en las que tendremos que recordarlas para conseguir adoptar la mejor decisión posible.

Por ello, el comienzo de un nuevo año siempre debe ser una nueva oportunidad para seguir mejorando y crecer, no solamente en las variables y ratios de la empresa, sino que también como profesionales. Y a pesar de que este año va a terminar con un sabor agridulce, quizás nos haya legado un bagaje y unas vivencias que seguro, nos serán de mucha utilidad en años venideros.
En Pymes y Autónomos
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