Para que tus días se inunden de energía y motivación, rentabilices mejor el uso del tiempo y te sientas mejor contigo mismo y los demás es fundamental que pongas en práctica una serie de rituales y hábitos diarios como los que te detallamos en la siguiente guía.
El éxito y la alta productividad no son, ni mucho menos, ciencias exactas. Seguramente haya días que salgas de la cama con el convencimiento de comerte el mundo, la sensación de poder alcanzar numerosas metas profesionales o la paz que provoca el equilibrio con el entorno y el agradecimiento a tus seres cercanos, mientras que en otras ocasiones el estrés y la ansiedad te bloquean y te encuentras falto de energía, desmotivado o incapaz de completar los objetivos previstos.
Todos somos humanos y es inevitable que cada día sea distinto y esté sujeto a múltiples circunstancias y factores cambiantes, desde el cansancio a la presión por la entrega de un proyecto, la situación de tu vida personal, tus emociones o tu salud física y mental. Sin embargo, para garantizar una mayor disposición ante los retos y mayor cantidad de energía para llevarlos a cabo, a veces solamente es necesario repetir un puñado de gestos diarios y pequeños rituales.
5 hábitos diarios para llenarte de energía
Aunque muchas personas acostumbran a poner en práctica esta serie de hábitos al finalizar el trabajo a última hora o antes de irte a dormir, lo cierto es que puedes llevarlos a cabo nada más levantarte o en cualquier otro momento del día que te resulte propicio.
- Escribe un “diario de gratitud”: Este ritual goza cada vez de más popularidad y su uso es totalmente versátil, ya que cada persona puede adaptarla tal y como desee. Consiste en tener una libreta destinada a funcionar como diario de gratitud. Al finalizar el día, puedes escribir la cosa por la que te sientes más agradecido -el número lo escoges tú-. Los beneficios son notables: un estudio de la UCLA halló que las personas que anotaron regularmente sus expresiones de gratitud son más optimistas y alegres que aquellas que no lo hacen.Curiosamente, también tuvieron menos visitas al médico y menos ausencias laborales. Si no eres de los que escriben a mano, puedes emplear una app móvil como Gratefulness.
- Reduce los cambios de contexto: Cuando saltas de una tarea a otra sin estar estás relacionadas, se produce un cambio o conmutación de contexto. Por ejemplo, se produce cuando debes atender una llamada telefónica o responder un correo urgente en medio de un proyecto complicado. Jessica Harris de Trello explica que pasamos un promedio de sólo un minuto y 15 segundos en una tarea antes de ser interrumpidos y tardamos un promedio de 25 minutos en retomarla tras ser interrumpidos. Debes aprender a gestionar las distracciones y realizar transiciones suaves entre tareas.
- Crea respuestas automáticas para tus planes: Robert Cialdini explica un valioso hábito en su obra “Pre-Susion: Una manera revolucionaria de influir y persuadir”. Se trata de escoger una acción asociada a una señal concreta. Por ejemplo, si tienes una propuesta de un cliente el jueves, día en el que tienes marcadas varias deadlines, moverás la reunión al viernes. Este tipo de planificación es eficaz porque te permite manera proactiva respuestas automáticas y sortear los obstáculos con antelación.
- Ejercicio siempre, aunque sean unos minutos: No permitas que tu cerebro, impulsado por la pereza, te ponga en bandeja un montón de excusas para no realizar algún tipo de actividad física diaria como el running, el yoga la natación o el fitness. Puedes realizar entrenamientos intensos de pocos minutos, hacer un descanso a media mañana para salir a caminar durante veinte minutos o realizar una pequeña rutina de yoga antes de irte a dormir.
- Ten un “ritual de cierre” para cada día: Erik Barker hablí de ello en su completa obra. Se trata de tomarte un breve lapso de tiempo para cerrar el día y prepararte para la siguiente jornada. Su investigación encontró que el simple acto de escribir las cosas que necesitarás hacer beneficia a tu cerebro y contribuye a relajarte. Puedes realizar un rato de desconexión tecnológica, limpiar tu escritorio o elaborar una lista de cosas pendientes, acabando con un ejercicio de relajación que te permitirá conciliar mejor el sueño.
Fuente | The Muse
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