lunes, 30 de octubre de 2017

Similitudes entre una maratón y la construccion de un negocio

¿Se te ha ocurrido pensar alguna vez qué similitudes puede haber entre un maratón de 26,2 millas (42 kilómetros) y la construcción de un negocio?

Sin duda, es algo que no haré en mi vida: correr un maratón. Sin embargo, sé que una de las prioridades en la lista de cosas por hacer antes de morir para muchas personas.

No entiendo cómo se le miden a un reto como ese. Hasta me arriesgaría a decir que ninguno de ellos DISFRUTA en verdad cuando va en la milla 20 del recorrido.

Y es muy probable también que tampoco disfruten el proceso de preparación para una carrera de estas características.


Veamos una lista de las implicaciones de la rutina:
  • Salir a trotar temprano en la mañana, todos los días.
  • Sufrir dolor de piernas y pies, todo el día.
  • Sacrificar el tiempo que tienes para la familia.
Y así día tras día, durante meses.

Entonces, ¿por qué tantas personas quieren correr un maratón?

Solo hay una razón: ¡Es el reto! ¡El logro!  Cruzar la línea de meta y recibir la medalla al final.

Es un orgullo, la satisfacción por haber cumplido un objetivo.

Construir un negocio puede ser muy, MUY similar.

Es un largo camino lleno de altas y bajas. Y salpicado con momentos de dolor y algunos otros de placer.

Ser parte del viaje debería ser una motivación suficiente. Sin que importe el resultado.

Acepta el fracaso: esfuérzate para pasar las 20 millas del recorrido. Inténtalo una y otra vez, una y otra vez, hasta que ya no sientas cansancio, hasta que lo disfrutes.

¿Qué hará que todo el esfuerzo sea recompensado?

Asegúrate que la META FINAL valga la pena para ti. Al ciento por ciento. No te conformes con menos, porque no mereces menos.

Piensa igual en relación con el ingreso extra.

Piensa, ¿qué significará ese ingreso para ti?

Piensa, ¿qué te permitirá disfrutar de más?

Piensa, ¿qué estrés te ayudará a eliminar?

Y…, con esa visión exaltada en tu mente…

Escríbela.

Y mírala todos los días.

Deja que sea esa energía que te permite gozar del entrenamiento, de la carrera, y que te impulsa a pasar por la línea de meta.

¡Tú puedes!
P. D.: cada día que no estás involucrado en la carrera, es un día de ingreso perdido… ¿Cuándo estarás listo para calzarte las zapatillas y empezar a trotar conmigo?

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