Quizás uno de los sentimientos más fuertes que tenemos los seremos humanos es el de la morriña, esa melancolía que siente uno al estar lejos de su tierra y de su fmailia.
Sin embargo, hay quienes suelen albergar el sentimiento contrario: el deseo irrefrenable de perderse en lugares lejanos.
Es una sensación muy bien recogida por la palabra en alemán “fernweh”, que literalmente significa dolor por la distancia, y que expresa las ganas irresistibles por conocer lugares nuevos.
Desafortunadamente, saciar este fuerte sentimiento de “comerse el mundo” no está al alcance de la mayoría de los bolsillos.
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