Supongo que alguna vez te has encontrado en esta situación: te planteas un objetivo, llegar a una meta clara y cuando estás casi ahí o bien te das cuenta de que necesitas más tiempo y mueves (una vez más!) la fecha de finalización o bien no sientes esa alegría indescriptible que imaginabas.
Vamos a por un ejemplo práctico. Supongamos que quiero perder 7 kilos y hacer ejercicio al menos dos veces a la semana durante los próximos seis meses. Se abren, simplificando mucho, tres escenarios posibles:
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