Abrir las puertas a la imaginacion es uno de los mejores regalos que nos podemos dar.
La vida, sin pedirselo, nos otorgar dia con dia pequenas semillas para pensar, imaginar, sonar e idealizar.
Como en el campo, algunos nos damos a la tarea de cosechar esas semillas para convertirlas en un fruto magico y especial, otros simplemente las ven como caen a la tierra (lease: mente) como si fueran piedras sin ningun fin ni sentido.
Los campesinos mexicanos que he conocido en mi vida siempre se han caracterizado por su temple, su trabajo, esfuerzo y por estar a plena luz del sol trabajando la tierra, inclusive con alegria.
Como me platicaba uno de ellos, en ese oficio no existen horarios, no existen “al rato lo hago”, “no tengo tiempo”, “cuando ande de mejor humor”. Se hacen las cosas en el momento, porque asi lo pide desde el dueno del campo hasta la misma ley natural.
La cosecha que despues disfrutamos en una deliciosa ensalada de vegetales frescos fue visualizada por un hombre a muchos kilometros de distancia.
Sin embargo, a pesar del cansancio, la pereza o el desanimo no solo la observo en su mente, sino que trabajo para que esas semillas dieran el fruto esperado.
Ahi radica la diferencia de las cosas
Estoy seguro que si un dia llegase al campo, un importante hombre de negocios, graduado en Harvard, con conocimiento exorbitante y se le pidiera que trabajara la tierra, sembrara, regara, cuidara, cosechara y obtuviera el fruto, por mas IQ que tuviera en esos momentos, sino actuaba, simplemente no iba a tener el mismo resultado de un campesino.
Sus ideas y entrenamiento importaban, sin embargo, no eran determinantes para lograr su objetivo.
Lo mismo pasa en la vida diaria. Las cosas no suceden por arte de magia o como decimos en mi pueblo, “No podemos esperar que nos caiga el pan del cielo”.
Podemos escribir una enciclopedia de miles de tomos que hablen de cada una de nuestras ideas, pero si no se llevan a la accion, es como si tomaramos un cerillo y les prendieramos fuego. De cualquier forma, nada distinto hubiera sucedido.
La preparacion es necesaria, la inspiracion desde luego es un detonante maravillo para el logro de nuestros objetivos.
Podemos desear o sonar con ser grandes terratenientes, poseedores de tierras y cosechas, pero si no somos capaces de colocar un sombrero en nuestra cabeza, tomar una pala, un pico, un azadon, poner nuestros pies en la tierra y empezar a trabajar, la preparacion y la inspiracion se han ido a saco roto.
Lo que define a las personas exitosas es precisamente HACER que sucedan las cosas.
Tan es asi, que me di el tiempo de escribir tanto sobre este tema en mi proximo libro a publicarse “Prende tu Luz”, porque realmente no solo me lo han platicado, sino que lo he visto en carne propia.
Cantidad inimaginable de correos electronicos, de llamadas o de conversaciones que tengo con otra cantidad inimaginable de personas que me dicen “Quiero escribir un libro” “Quiero ser cantante” “Quiero obtener una beca” “Quiero tener mi propio negocio”. Quiero, quiero, quiero y todos nos quedamos queriendo.
Mi respuesta a esos comentarios es siempre la misma: “HAZLO y listo”. Y ahi es cuando inicia la lista de pretextos llamados “Ah no, bueno, pero en unos anos mas” “Es que ahorita no puedo, no tengo tiempo ni dinero” “Es que esta imposible que se pueda” y es el cuento de nunca acabar.
Se oye facil, pero es una realidad palpable. Si realmente QUEREMOS Y DESEAMOS en el fondo de nuestro corazon cosechar esos frutos llamados suenos, hay que ponerse a sembrar, no hay de dos sopas.
En este dia, no es casualidad que estes leyendo esto.
Te pido con el corazon en la mano, que realmente te des unos minutos para pensar ¿QUE DESEO? ¿QUE QUIERO? ¿QUE ME HACE FELIZ?
Y despues te cuestiones ¿QUE ME DETIENE?
Si para ti, siendo honesto y sincero con tu propia realidad, realmente esos “obstaculos” son mas fuertes que tus deseos, tal vez el camino no va por ahi.
Y si no, te invito a que por una vez por todas hagas que las cosas sucedan, dando el primer paso para alcanzar lo que buscas.
No me quisiera despedir sin contarte una pequeña historia humoristica que nos hace darnos cuenta de tener una idea o crear una realidad.
Esta es la historia de cinco ranas, una de las cuales decidio saltar ?Cuantas ranas quedan? ¿Cuatro?
No. Quedan cinco.La rana solo decidio, pero no salto.
La vida te dara las ideas y las oportunidades.
La felicidad se encontrara cuando trabajemos para realizar todo aquello que deseamos. Si lo hacemos, estoy seguro que un dia nos sentaremos al final de la vida a observar plenamente felices, nuestra propia cosecha.
Un artículo de David Montalvo
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