Asertividad y Entrenamiento

Se habla mucho de la importancia de la asertividad y de la comunicación “asertiva”. Para quienes sea la primera vez que escucháis este término, yo lo definiría como el respeto hacia uno mismo y la habilidad de expresarnos, relacionarnos y comunicarnos respetando a los demás.

 

 

Lo que pocas veces se habla es de que la persona asertiva, no sólo se comunica de forma asertiva, ES asertiva y de que es una cualidad que cuanto más se practica, más se es, por los beneficios que de ella se derivan:

A nivel personal mejora la comunicación y las relaciones, al tiempo que la seguridad en uno mismo y la autoestima.

A nivel profesional/empresa tiene impactos directo a corto plazo en Clima y a medio y largo en Productividad, Rentabilidad y Competitividad:

• Potencia las competencias estratégicas (Visión estratégica, Capacidad de Actuación e integración global y el Autoliderazgo).


• Facilita las competencias tácticas (Liderazgo, Fijación de objetivos e Innovación).


• Mejora las operativas (comunicación y relación).

A nivel lingüístico, la persona asertiva busca, practica y utiliza, sobre todo:

1. La “neutralidad lingüística”: Evita los juicios de valor externos y utiliza el juicio en función de su propio valor. Es decir, habla desde su propia perspectiva, gusto, etc.  Ej. Mi punto de vista es diferente … me gustan otro tipo de informes.


2. La “expresión afirmativa”: Utiliza verbos en afirmativo y pone el foco en lo que SÍ quiere, en el cómo hacerlo y en la solución (Lo quiero así).

Esta cualidad, es una cualidad que se puede desarrollar facilmente con un poco de perseverancia y atención. El paso que más cuesta es ser conscientes de lo que pensamos. Dificilmente puede uno llegar a ser y comunicarse asertivamente, si piensa en términos de “qué estupidez, será cretino o eso es una tontería”. Lo más probable es que, aunque con una forma impecable, transmita lo que siente y su interlocutor lo perciba.

En ese punto son francamente útiles los procesos de entrenamiento (coaching), para identificar rápidamente nuestro patrón lingüístico y de pensamiento, trabajar con él hasta transformarlo en asertivo, entrenarnos y realizar las primeras prácticas acompañados, de forma que podamos ir ajustando nuestras expresiones y vocabulario hasta encontrar nuestro propio estilo, el cual, a la postre, es el que mejor resultado nos da para expresar lo que pensamos, cumplir con nuestra obligación y seguir con nuestro cuello en su sitio.

Fuente: M&K Lógica