La ley de la correspondencia es quizá una de las más importantes, porque explica, en gran medida, la felicidad o la desdicha, el éxito o el fracaso, la abundancia o la pobreza que muchas personas experimentan en su vida.
Después de años de estudio en esta área, me sigo impresionando con esta ley tan poderosa. ¡Sólo piense! Su mundo exterior refleja su mundo interior en todas las formas. Nada le puede pasar a usted en el largo plazo, a menos que corresponda con algo que hay dentro de usted. Por lo tanto, si quiere cambiar o mejorar algo en su vida, debe empezar cambiando los aspectos internos de su mente.
Algunas veces esto se conoce como el "equivalente mental".
Su gran responsabilidad en esta vida es crear dentro de usted el equivalente mental de lo que quiere experimentar en su mundo exterior. Porque el hecho es que no puede lograr algo fuera de usted, hasta que no lo haya logrado en su interior. Esta ley también declara que puede saber lo que está pasando dentro de usted con sólo fijarse en lo que está sucediendo a su alrededor.
Es como si su vida fuese un espejo de 360 grados. Hacia donde usted mire, ahí está usted. Sus relaciones, por ejemplo, siempre reflejan el tipo de persona que usted es por dentro. Su actitud, su salud y sus condiciones financieras son un reflejo de la forma en que es, de la manera como piensa y como se ve a sí mismo la mayoría del tiempo.
En la Biblia este principio se explica a través de la expresión: "Por sus frutos les conoceréis". Porque lo cierto es que toda la dinámica de la vida es un fluir de dentro hacia fuera.
La ley de correspondencia es el principio fundamental de la mayoría de las religiones, corrientes y escuelas de pensamiento. Esta ley es una gran noticia. Es la clave hacia la libertad y la felicidad personal. Es la clave hacia un gran éxito y satisfacción.
Su mundo externo de relaciones estará determinado por la persona que lleve dentro; o sea, por su verdadera personalidad interna. Su salud será el resultado de sus actitudes mentales internas. Su mundo exterior de logro económico e ingresos corresponde a su mundo interno de pensamiento y preparación. La forma en que las personas respondan y reaccionen frente a usted será un reflejo de su actitud y comportamiento hacia ellas.
Su forma de conducir y cuidar su automóvil corresponderá en todo momento con su estado mental y emocional. Cuando se sienta positivo, confiado y crea que controla su vida, seguramente su hogar y su lugar de trabajo estarán bien organizados y su automóvil con seguridad estará recibiendo el cuidado adecuado. Por otra parte, si el trabajo le agobia, si se siente frustrado o no es feliz, entonces su casa, su lugar de trabajo e incluso su automóvil reflejarán el estado
de desorden y confusión que le invade.
El craso error que cometí cuando era más joven fue que me dedique más a "hacer" que a "ser". Creí que podía conseguir las cosas que quería practicando ciertos métodos y técnicas. Al final me di cuenta de que una práctica adecuada era necesaria pero no suficiente.
El filósofo alemán Goethe dijo que "uno debe ser algo para poder hacer algo". Si queremos conseguir resultados diferentes a los que hemos venido recibiendo debemos convertirnos internamente en personas distintas. Y debemos tener presente que este cambio de personalidad no se puede fingir por mucho tiempo. Debe ser un cambio sincero y profundo en su manera de ser y pensar.
La mayoría de las personas tratan de mejorar o cambiar algunos aspectos de su vida, intentando que sean los demás los que cambien. No les gusta lo que ven reflejado en el espejo de su vida y se ocupan en darle brillo al espejo en vez de ir a lo que realmente es la causa del reflejo.
En uno de sus escritos William James, el padre de la sicología americana, dijo que "la más grande revolución de mi existencia es el descubrimiento de que los seres humanos pueden cambiar los aspectos externos de sus vidas cambiando las actitudes internas de sus mentes".
Sólo hay una cosa en el mundo que usted puede controlar, y es su manera de pensar. Sin embargo, cuando asume el control completo sobre su pensamiento, toma control sobre todo los otros aspectos de su vida.
Al pensar y hablar únicamente sobre lo que quiere, y negarse a pensar o hablar sobre lo que no quiere, se vuelve el arquitecto de su propio destino. Usted crea su mundo. Así que debe ponerse en la tarea de crear en su mente la realidad que desea experimentar en su mundo exterior.
Por Brian Tracy
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